Hace ya unos años, se escuchaba en casa el momento en que conectabas a internet con un sonido que muchos no olvidaremos, a parte de que el hecho de utilizar internet implicaba quedarse sin teléfono ya que utilizaba la misma línea. Entonces la velocidad de internet rondaba los 60 Kb/s, hoy en día inaudible ya que si intentásemos cargar cualquier página actual con ésta velocidad el servidor en el que está alojada nos cortaría la conexión o daría algún fallo por tardar demasiado.
Después, apareció un tal ADSL, que nos permitía y nos sigue permitiendo en el mejor de los casos 35 Mb/s (Siendo muy optimistas). Ésta velocidad, casi mil veces superior a la anterior ya nos permite acceder a sitios con más contenido, mejorar las comunicaciones e incluso introducir detalles o imágenes con una definición mucho mas alta, permitiendo también encontrar páginas web hechas en otros países con cierta velocidad de carga.
Actualmente, con la fibra óptica que, a demás de mejorar la velocidad hasta 10Gb/s mejora también el ping (menos es mejor) o para que lo entendamos todos, las interferencias entre un servidor otro. El hecho de que las interferencias sean casi nulas y las velocidades tan innecesariamente altas provoca que no tenga ninguna diferencia entre acceder en un web alojada en España o una alojada en Finlandia.